jueves, 30 de diciembre de 2010

No hay lugar en esta ciudad público o privado donde se pueda encontrar paz.

No hay lugar en esta ciudad público o privado donde se pueda encontrar paz.
Los lugares públicos son insoportables si no vas acompañada y peor si no consumes algo. Es mentira que puedes sentarte en cualquier parque, café, plaza, tranquilamente. Además, el ruido de la gente o sonidos ambientales son siempre desagradables. Ahora, si vas acompañada todo parece un desfile, lo mismo digo; salvo que tu compañía ayude en mucho a ser lo único rescatable de ese momento.
En cuanto a los lugares privados, llamados casas, deptos., recámaras, etc., se puede decir que es más una cuestión de privacidad y un poco de desorden lo que podrías encontrar como agradable. En las propias casas o deptos., dificilmente (y esto a pesar de que sean grandes), las familias respetan la privacidad. Se interpreta la necesidad de privacidad como aislamiento. Ahora no se diga el orden propio de los objetos. Orden o desorden es relativo cuando
la persona sabe donde se encuentran sus cosas.
Yo tuve un lugar donde encontre paz, fuera en su versión pública o privada... no había tiempo, ruido, y esa falta de relativo orden. Recuerdo que conservaba esa sensación hasta estando sola. Descubrí esto gracias a los últimos lugares públicos y privados donde he estado, me he sentido incómoda en ellos, no solo por el hecho de estar sola, sino por el hecho de que se me hizo muy notorio. Insisto... no hay lugar en esta ciudad público o privado donde se pueda encontrar paz.
A esto llamo yo, extrañar.

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